Inmensa, si se la describe a partir del gesto abierto de sus brazos cuando canta, que podría envolver a todo Perú y África en un solo abrazo. Desde el corazón de un distrito limeño como Los Chorrillos hasta volverse dos veces ganadora de un Grammy Latino con sus álbumes Lamento negro (2002) y A capella (2020), Susana Baca supo darle vida a la música tradicional peruana y africana, defender la cultura y sus raíces desde el Consejo de Ministros —fue ministra de Cultura— y volverse una figura clave del folklore latinoamericano.
La artista conquistará por segunda vez la Sala Principal del Teatro Solís el próximo domingo 28 a las 20 horas, poseída por el son del diablo y el espíritu de la zamacueca, descalza y feliz. Con los justos matices coloniales, Baca puede trasladar con su música al tiempo de los esclavos traídos a Perú por los conquistadores españoles, quienes para aplastar el espíritu de los primeros prohibieron los instrumentos musicales. Sus letras hablan de la perseverancia de estas comunidades a las que pertenecía su abuela. La falta de música disparó en ellas la creatividad para convertir cualquier objeto en algo que hiciera música.
Su abuela alguna vez cantó por un mundo mejor, y hoy Baca es la heredera de su voz, con todas las herramientas de la industria de la música a su alcance para que no olviden su historia. El mensaje de sus canciones es duro, pero la artista decide transmitirlo contagiando la sonrisa. Para su sangre el festejo era un género musical en sí mismo, y estar vivos motivo más que suficiente para celebrar. La cultura afroperuana se valía de las décimas —una forma literaria muy usada entre la población negra de la costa sobre el Pacífico— con las que se trataba todo tipo de temas con un sutil toque de humor, lo que mostraba una destreza intelectual que no era para cualquiera.
Pisando arena y con el fondo azul, envuelta en un manto coral, en su aniversario artístico número 50, Baca presentará en Uruguay su álbum más reciente, Palabras urgentes, con el que seguramente vuelva a ganarse al público montevideano como ya lo hizo una vez, en 2015. El nuevo disco es una colección de 10 canciones que, para quien no la conozca, son una declaración musical sobre quién es esta cantante. El video de su principal single, Sorongo, muestra a la artista en todo su esplendor, como un pedacito de cultura viva que baila entre las playas de Cañete, a unos 150 kilómetros de la capital de Perú.
Elástica para la vida, a sus casi 80 años, Susana Baca seguirá inflexible en su compromiso asumido: reinterpretar al folclore que le corre por las venas con un toque moderno e innovador.